sábado, 4 de febrero de 2012

CAPITALISMO


CAPITALISMO
Sistema social o económico basado en la propiedad privada de los medios de producción y en el cumplimiento de las funciones productivas por parte de entidades privadas que actúan buscando un lucro.
Historia: el régimen capitalista ha existido desde la antigüedad. En el período grecorromano fue más bien comercial que industrial. En Roma existían banqueros y mercaderes que comercializaban con otras naciones. En la Edad Media gran parte de ese tráfico desapareció o al menos perdió importancia; durante este período feudal había comercio, pero la economía no era básicamente de producción para el mercado. La decadencia del feudalismo fue acompañada por la expansión de la producción para el cambio, dando nacimiento a la fábrica.
El descubrimiento de nuevas rutas para el comercio con África y Asia y la colonización del continente americano, fueron acontecimientos de gran importancia para la intensificación del comercio. Ya a fines del s. XVIII la revolución industrial completó este proceso, pues representó la introducción de nuevas técnicas de producción. Los nuevos inventos también afectaron a los transportes; la adopción del vapor produjo un mejoramiento notable de la navegación e hizo posible la construcción de los ferrocarriles. En la misma época (fines del s. XVIII) surgió el liberalismo, cuyo auge en el terreno político también facilitó su aplicación a lo económico. Todos estos factores permitieron la expansión del capitalismo, que llego rápidamente a imperar como sistema económico y social dominante en Europa.
También se fue desenvolviendo paulatinamente el papel preponderante de los bancos en la economía capitalista, a tal punto que se afirma que el capitalismo actual es financiero, con lo que se quiere significar que los bancos son los verdaderos directores del sistema económico.
A través de su desarrollo, el capitalismo ha ido asociándose con una serie de elementos que le han dado sus características actuales. Uno de ellos es la especialización en la producción. Cada fábrica se dedica a producir unos pocos tipos de artículos, por lo cual la mano de obra y la direccióntécnica pueden lograr una experiencia notable en el proceso; además, la producción en gran escala que esto significó, hizo posible la adopción demétodos de producción en serie. Otro de los elementos ha sido la competencia. El capitalismo del s. XIX se caracterizó precisamente por la intensidad con la que los empresarios se disputaban los mercados. Esto los impulsó a buscar constantemente la introducción de métodos más eficientes de producción, para reducir los costos y ofrecer al público mayor calidad o nuevos productos. Durante el siglo actual, sin embargo, comenzó a notarse en el mercado de numerosos productos una disminución de la competencia, por la concentración de las pequeñas empresas en grandes establecimientos que dominan el mercado. Todos estos factores dieron al régimen capitalista su fisonomía en forma notable, permitiendo un mejoramiento del nivel de vida.
Otra de las objeciones que se hacen al capitalismo se vincula con las desigualdades económicas y sociales a las que da lugar; ellas están también relacionadas con las grandes concentraciones de poder económico en pocas manos y con la tendencia hacia el monopolio observada en algunos campos de la actividad económica privada.

La corriente intervencionista ha obedecido en muchos casos a la necesidad de solucionar algunos de los defectos del capitalismo, de que se hablo en la sección III, tratando al mismo tiempo de mantener sus aspectos positivos, en especial la eficiencia para producir. Así ha nacido el control de los mercados para evitar monopolios, la utilización de la política fiscal o monetaria para detener las crisis, el control de comercio exterior para desarrollar los países menos industrializados, y la política de la redistribución de ingresos destinada a evitar las desigualdades más flagrantes.
 SMITH, ADAM: (1723-1790). Economista inglés nacido en Kirkcaldy. Enseñó filosofía moral en Glasgow. En su obra filosófica Teoría de los sentimientos se atiene a principios morales y basa las relaciones humanas en la simpatía; pero al estudiar el problema de la riqueza, fundamenta sus análisis en el egoísmo humano.
Según Smith, el trabajo anual de cada nación es la fuente que lo surte de todo lo necesario y útil para la vida y que se consume anualmente en ella. Consiste en el producto inmediato del trabajo o en lo que con este producto inmediato se obtiene de las demás naciones. De la proporción de este producto, o lo que con él se adquiere, con el número de consumidores depende el mayor o menor abastecimiento. Esta proporción se regula por dos circunstancias distintas: la pericia, destreza y juicio con que se aplique generalmente el trabajo, y la relación que se guarde entre el número de los que se emplean en el trabajo útil y de los demás. El hombre ha de poder vivir de su trabajo, y su salario ha de ser por lo menos suficiente para atender a su sustento y al de su familia. El producto del trabajo constituye la remuneración o el salario natural. En el estado primitivo que procedió a la apropiación de la tierra y a la acumulación del capital, el producto íntegro del trabajo pertenecía al trabajador. Si ese estado de cosas hubiere continuado, el salario del trabajo habría ido aumentando con toda esa intensificación de capacidad productiva a que conduce la división del trabajo. Todas las cosas habrían ido abaratándose o se hubieran ido produciendo con menor trabajo. Pero ese estado primitivo no hubiera podido perdurar después de introducida la propiedad de la tierra y la acumulación del capital.
En cuanto a la moneda y a la formación de los precios, Smith considera que con la propiedad privada de la tierra y la acumulación del capital, el trabajo ya no es la única medida de valor, pues existen la ganancia del empresario y la renta de la tierra. El papel moneda es ante todo un medio de economizar metálico. Dentro de un país no pueden circular más billetes de banco que las monedas metálicas que circularían si esos billetes no existieran.
Ampliar la venta de sus productos y restringir la competencia es siempre el interés de los comerciantes. La ampliación del mercado conviene por lo regular al interés público, pero no la limitación de la competencia, ya que ésta aumenta con exceso las ganancias, e impone en beneficio del comerciante una especie de carga sobre el resto de la población. El consumo es el único fin de toda la producción en que intervienen la industria del hombre, y por tanto no debe existir otro medio de mirar por los intereses del productor que atender a los del consumidor. Sin embargo, en el sistema mercantil se sacrifica el interés del consumidor a favor del productor, y, en consecuencia, la producción y no el consumo se tiene por único fin y objeto de la industria y del comercio. No es difícil advertir quienes pudieron ser los que proyectaron semejante sistema y como reformarlo. Obra fundamental: Investigación de la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones (1776).

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